Urgencias dentales más frecuentes y cómo actuar ante ellas
Mantener una correcta higiene de tu boca, evitar los malos hábitos dentales que estropean tus dientes y acudir regularmente al dentista son factores que ayudarán a prevenir urgencias dentales por las que tengáis que salir corriendo.
Aun así, por muy cuidadosos que seamos, existen circunstancias que no se pueden evitar y simplemente suceden. Por ello, es importante saber cómo debemos reaccionar en estos casos.
En primer lugar, es básico mantener la calma y no entrar en pánico, ya que todo en esta vida tiene solución. Una vez comprobado el problema y los daños, os recomendamos que de inmediato llaméis a la consulta de tu odontólogo de confianza para contarle lo que os ha sucedido, os den cita lo antes posible, y comuniquen ciertas recomendaciones que aplicar hasta que os vean. Es posible que, si por ejemplo sufrís dolor, os aconsejen tomar un analgésico concreto o alguna medida local.
Es importante tener en cuenta que la ayuda del profesional es la mejor guía que existe para cada caso concreto, pero si desgraciadamente no hay posibilidad de contactar con él en ese momento, es bueno contar con algunas pautas para ayudar a enfrentar la situación en el momento. ¡Saber cómo actuar ante una urgencia dental puede determinar el pronóstico final de la situación y la diferencia entre perder o no un diente!
Consejos para actuar ante las urgencias dentales:
1. Dolor intenso
Puede ser que de manera repentina empieces a sentir punzadas o dolor constante. Evita presionar y tumbarte sobre la zona afectada, tomar alimentos excesivamente fríos, calientes o duros. Antes de tomar cualquier medicación te recomendamos que llames a la consulta para que te indiquemos cuál es la más apropiada. Es importante recordar que los antibióticos no deben tomarse nunca sin prescripción facultativa.
2. Fractura de un diente
Puede suceder tras un golpe practicando deporte, un traumatismo, una caída o simplemente mientras masticabas un alimento duro. Si es posible, te aconsejamos que recuperes el fragmento que se ha desprendido y lo conserves sumergido en leche fría dentro de la nevera por si pudiera ser de utilidad durante el posterior tratamiento.
3. Pérdida de un diente por un golpe
Igual que en el caso anterior, esto puede ocurrir tras una contusión mientras realizas deporte o te has caído. Es importante que busques el diente y si está sucio lo enjuagues suavemente con agua, pero que no manipules nunca la raíz, ya que ésta contiene fibras cuya conservación es crucial para una posible recolocación. Para que el dentista pueda reimplantarlo, te recomendamos que lo sumerjas en leche fría dentro de la nevera hasta acudir al dentista.
4. Aflojamiento de una pieza dental
Las causas de ello pueden ser las mismas que en los dos casos anteriores. En caso de padecer periodontitis avanzada, la pérdida de soporte óseo que conlleva la enfermedad podría hacer que un diente se caiga incluso de manera espontánea. Hasta que acudas a la consulta es mejor que no toques la zona ni con los dientes ni con la lengua, y mucho menos presionarla.
5. Abceso o inflamación dental
Seguramente este problema es debido a una infección provocada por una periodontitis, caries y rotura o fisura de la raíz. Las bacterias han entrado en la herida y llegado a la encía provocando su inflamación y a veces la concentración de pus. En estos casos suele ser necesaria la prescripción de antibióticos, aunque esta es una solución temporal para que tu organismo supere la infección aguda, pero en ningún caso resuelve el problema de manera definitiva por lo que el tratamiento dental será siempre necesario.
6. Sangrado de encías
Si tienes un sangrado frecuente de tus encías, es posible que tengas gingivitis o enfermedad periodontal. Una encía sana no sangra al cepillarse o pasar el hilo dental, y mucho menos de manera espontánea. El sangrado gingival es debido a la acumulación excesiva de placa bacteriana en tus dientes, que irritan e inflaman las encías haciéndolas sangrar al tocarlas de manera más o menos suave. En cualquier caso, si hay sangrado de encías debes acudir a tu dentista con la mayor brevedad posible para ser examinado por personal cualificado que realice un diagnóstico y plan de tratamiento.
7. Un objeto atrapado
Suele ocurrir tras comer o haber manipulado un objeto dentro de la boca. Lo ideal es usar seda dental para tratar de liberarlo con suavidad sin dañar las encías, y nunca utilizar un objeto punzante, porque puede crear lesiones mayores. Si no se consigue sacarlo, conviene pedir cita en tu clínica dental de confianza para eliminarlo y evitar las posibles consecuencias negativas sobre dientes y encías.
8. Lesiones por la ortodoncia
Sobre todo suele darse cuando se utilizan brackets. Puede ocurrir que algún alambre se suelte o el sistema produzca roces y genere heridas. Mientras acudes a tu dentista te aconsejamos que cubras la zona con cera de ortodoncia para frenar que el daño sea mayor. Si no dispones de ella siempre puedes colocar un algodón o gasa en la zona para aliviar las molestias.
¡Esperamos haberos ayudado!
No dudéis en contactar con nosotros si se te plantean dudas o necesitáis que te ayudemos con vuestro caso: Telefono 91 5357336 / 628930823.